lunes, 16 de marzo de 2009

MUERTE DE UN ANIMAL


Aquella niebla cubría toda la ciudad, aquella maldita niebla ocultaba una sociedad en decadencia. Las calles infestadas de delincuencia, yonkis y putas, la luna filtrandose entre la niebla y la lluvia limpiando la sangre de las aceras.

Hoy ha habido un asesinato, uno que destaca entre toda la miseria y muerte a la que apesta la ciudad, uno que entre muchos otros es especial.

Ella se encontraba minutos antes sentada en el salón cuando la puerta sonó al cerrarse y se volvió aterrada al ver a aquella bestia con los ojos inyectados en sangre. Ella suplicó mientras se arrinconaba contra la pared, pero aquella alimaña de dos patas la levantó agarrandola por el cuello con sus zarpas. Ella gritaba mientras aquellas sucias garras la abofeteaban y la arrojaban contra los muebles de la casa. Los llantos fueron ahogados por el dolor, pero pese a este consiguió zafarse de la fiera y correr a la cocina.

Cuando aquel monstruo entró en aquel cuarto no vio nada, avanzó lentamente y pronto notó aquel gélido cuchillo atravesándolo por detras. Se giró y la mujer siguió acuchillándole hasta que finalmente cayó sobre las baldosas blancas tiñéndolas de rojo. Ella lloró se sentó en el suelo rodeada por aquel rio rojo que inundaba la cocina. Aquel animal había recibido su merecido, se llamaba John, y era su marido.

1 comentario:

Lara Karou Duchannes dijo...

Muy buena forma de retratar la violencia de género. Me he quedado a cuadros. O.o