lunes, 16 de marzo de 2009

CARTA A UN ÁNGEL CAIDO

angelgotico

Sus ojos, dos espejos donde se refleja su alma, dos puntos capaces de acelerar mi corazón, una mirada que me da tranquilidad, una mirada que me llena de vida. En ocasiones castaños, y en otras verdes, verde como el color de la esperanza, esperanza dada por ella en mi vida dando sentido a todo lo que me rodea.

La oscuridad me rodea, las paredes de esa prisión de tristeza se ciernen sobre mí sin poder encontrar la salida y de pronto apareció ella. Ilumina esa oscuridad y me da alas para volar lejos de esas paredes de tristeza hacia esa luz, hacia ella, para que esta vez me aprisionen sus brazos y no me suelten nunca, porque la quiero a mi lado, por siempre.

Tiene el nombre de un lugar encantado donde desfilan los sentimientos que me transmite, la tranquilidad se crea como la corriente de los ríos, la suavidad de la hierba y el amor tan cálido como el sol, un Valle o lugar donde perderme para siempre.

Ella por siempre permanecerá en mi corazón, constante y crecientemente mi amor nunca morirá. Porque sus ojos son solo el principio, porque su mirada es solo un instante y porque su luz me alumbra siempre. Por ello mi alma espera vivir una larga vida llena de sus miradas, de instantes a su lado y de segundos amándola, por siempre, para siempre, por ella.

Te Quiero con toda mi alma ángel caidillo

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