jueves, 23 de septiembre de 2010

La cara del terror

busto 

Las primeras gotas de lluvia dejaron paso al Otoño aquella noche, noche fría y oscura en la cual Paula había decidido trabajar en la universidad hasta tarde en su última obra, un busto en el que intentaba recrear aquel rostro que no paraba de repetirse en sus sueños las últimas noches y que no podía borrar de su mente. El aula estaba vacía, solo ella y un bloque de arcilla que poco a poco iba tomando forma en aquella sala que permanecía en silencio. De pronto un ruido sonó en el pasillo, Paula se levantó y fue con cuidado a ver de dónde provenía, sin embargo no vio nada. Será la lluvia, pensó. De nuevo se situó delante de la arcilla y continuó moldeando aquel rostro, poco a poco aquella imagen iba tomando forma mientras deslizaba sus dedos formando aquellas horribles cicatrices en la cara del busto.

Las luces se apagaron y un relámpago tronó en el exterior de la facultad iluminando el busto que parecía sonreír sádicamente. De nuevo volvió la luz y Paula maldijo aquella tormenta. En aquel momento recordó vagamente aquel extraño sueño, el hombre la pedía que no tuviese miedo una y otra vez mientras se reía y se acercaba con un cuchillo. De nuevo un rayo dejó el aula sin luz, pero esta vez todo quedó a oscuras con las manos de Paula en el molde y un silencio sepulcral envolviéndola. De pronto notó como si algo se moviese en el busto, como si algo trepase por sus manos. La luz volvió y decenas de bichos comenzaron a subir pos los brazos de la joven artista. Paula se retiró del busto y comenzó a sacudirse aquellos insectos mientras que observaba como el busto se encontraba totalmente recubierto de ellos. Horrorizada no aguantó más. cogió su bolso y salió lo más deprisa que pudo en dirección a la puerta mascando uno de sus chicles compulsivamente intentando controlar sus nervios. Fue justo antes de llegar cuando la puerta se cerró de golpe y la luz volvió a apagarse. Paula miró fijamente en dirección al busto, nada, solo oscuridad. Un trueno resonó en la sala y al instante la luz del rayo iluminó la sala donde una extraña figura parecía dirigirse a ella, de nuevo otro sonido atronador y la luz iluminó aquella forma cada vez más cerca. No tengas miedo, eso fue lo que una y otra vez comenzaba a escuchar Paula según se acercaba. Su cuerpo intentaba huir pero se encontraba paralizado por el terror, un terror que poco a poco iba aproximándola a aquella figura de barro que se extendía bajo l busto que ella misma había creado.

La luz volvió y Paula abrió los ojos, el aula estaba vacía y el busto en su sitio, el sueño la debía estar jugando una mala pasada. Poco a poco se aproximo al busto que permanecía inmóvil. Por miedo comenzó a desfigurar aquel rostro y se apresuró a salir del aula aliviada de que solo había sido su imaginación, apagó la luz y cerró la puerta. Mientras que se alejaba por el pasillo aquel bloque de arcilla volvió a su forma original solo, y en la oscuridad de la sala se pudo oír: no tengas miedo.

domingo, 5 de septiembre de 2010

El principio del fin

estrellamundo

Cuando crees que todo está terminado, que todo ha perdido el sentido, te crees ante un final, te crees ante un abismo que deja tras de sí un largo silencio que no se sabe donde acaba. Pero ¿ Y si ese no es el final? ¿Y si solo es un nuevo comienzo? Comienzo de una vida con nuevas esperanzas, comienzo de un mundo donde la forma plana se convierte en redonda, y nos aventuramos como niños primerizos a caminar sobre el buscando nuevas metas, nuevas salidas, nuevos sueños. Y en ese nuevo mundo, una nueva luz a seguir, en lo más alto de las estrellas, una luz que lo ilumina todo, una estrella que nos guía hasta el fin de este nuevo mundo, esa estrella es una nueva esperanza, esa estrella, es el principio del fin.