lunes, 26 de abril de 2010

PALABRAS DEL AVE FÉNIX III

phoenix_nebula

La noche se torna en día. Sus llamas surcan el aire. Ni los miedos, ni la tristeza y tampoco el dolor, nada puede con su avance. Una pequeña bandada de halcones le dejan paso, hoy es él el rey de los cielos. Cuentan las leyendas que cuando todo está perdido, si miras al firmamento podrás ver sus las de fuego surcando el aire. Porque aunque caemos debemos levantarnos. Porque las derrotas no hacen las cosas imposibles, somos nosotros los que decidimos si algo es posible. Nada es imposible, todo lo que te propongas es posible, solo debes creer que lo es y luchar por ello. No desesperes, jamás te rindas y lo más importante, nunca dejes de soñar. Por eso cuando estés a punto de rendirte mira al cielo, respira hondo y recuerda como el fénix surca los cielos en todo momento, sin rendirse.

jueves, 22 de abril de 2010

AMEG LA PEQUEÑA ESTRELLA

estrella

Había una vez una estrella llamada Ameg que brillaba en lo más alto de la noche. Todas las estrellas brillaban a su lado con gran fuerza y Ameg se esforzaba por cada día hacerlo mejor. Todas iban recibiendo meritos y nombres por parte de los astrónomos, pero Ameg seguía sin tener ese reconocimiento. Un día Ameg se rindió y su luz se apagó. Un pájaro pasaba un día volando y se percató de que Ameg no lucia y que estaba llorando.

- ¿Qué te pasa pequeña estrella?- la pregunto el pajaro-.

- Que todas las estrellas brillan más fuerte que yo y todas reciben meritos por ello menos yo- contestó la pequeña Ameg-.

- ¿Todas brillan más que tú? ¿Quién dice eso?-.

- Nadie, pero si todas reciben nombres será porque la gente es agradecida por su brillo porque lo hacen más que yo-.

- Ay pequeña estrella, que equivocada estás. ¿Ves esa bandada de golondrinas? Todas ellas te usan para orientarse hacia su destino. ¿Y ves ese gran barco de allí abajo? Cuando la niebla aprieta, tú con tu fuerte brillo le sirves de guía.

Fue entonces cuando la pequeña Ameg se dio cuenta de que valía mucho más de lo que pensaba y de la importancia que tenía para muchas otras personas. Por eso volvió a brillar con fuerza prometiéndose a sí misma que ya no se juzgaría a sí misma respecto a las otras estrellas, porque había descubierto que ella era distinta y que para muchas personas era la mejor estrella de todo el ancho y basto firmamento.

Brilla pequeña estrella ;)

martes, 20 de abril de 2010

GOTAS POR EL ROSTRO

Holocausto

Las gotas de sudor caen por su rostro como si la gravedad las empujase al abismo con alguna oscura intención. Su cuerpo solo corre, es lo único que le queda, correr. Una bala roza su pelo y otra silba en su oído. Sus piernas flaquean, su respiración se entrecorta. Pronto un fuerte dolor recorre su hombro, una bala le ha alcanzado. Su cuerpo renqueante intenta seguir avanzando, pero es inútil, otra bala le destroza la rótula derecha y cae al suelo. Pronto los soldados le rodean. Uno de ellos se adelanta y la coloca la pistola tras la nuca. Las gotas de sus lagrimas caen por el rostro maldiciendo la persecución a causa de un hombre que tiene una idea equivocada de Dios."Jude stirbt.." son las últimas palabras que preceden al sonido del disparo. Las gotas de sangre caen por su rostro...

jueves, 15 de abril de 2010

LLUVIA

lluvia

Las nubes cubren un oscuro y triste cielo,

las delgadas gotas resbalan por la ventana,

y mientras el frio me atrapa en su hielo,

yo busco refugio y calor en tu mirada.

Déjame perderme en tu regazo,

sin ti el frio es aún mayor,

en la oscuridad anhelo tu abrazo,

déjame perderme en tu calor.

Ráfagas de luz truenan sin cesar,

el sol llora su soledad,

y yo ya no puedo esperar,

todo lo que quiero es poderte amar.

Déjame perderme en tu regazo,

sin ti el frio es aún mayor,

en la oscuridad anhelo tu abrazo,

déjame perderme en tu calor.

Ya el cielo va calmando su llanto,

el con sus rayos me acaricia suavemente,

ya me siento seguro y calmado en tu mente,

el mayor dolor seria el perderte.

Déjame perderme en tu regazo,

sin ti el frio es aún mayor,

en la oscuridad anhelo tu abrazo,

déjame perderme en tu calor.

miércoles, 14 de abril de 2010

EL RINCON MALDITO - Parte 1

PANTANO

El pantano parecía tener vida, una vida con cierto toque a muerte. Así lo sintió Ignis mientras sus piernas se entumecían al atravesar la inmensa bruma. Las burbujas de aire borboteaban en aquel cenagal que le cubría en esos momentos las rodillas. Su cuerpo avanzaba sigilosamente conocedor del peligro que acechaba en aquel lugar. El rincón maldito, así apodaban a aquel lugar donde se encontraba su objetivo, la bruja de los páramos del Norte. El silencio pronto se vio roto por un lejano movimiento en el agua del que el veterano guerrero se percató. Muchas eran las primaveras que habían visto sus ojos, pero su oído seguía intacto. El murmullo creció y el agua se tambaleaba cada vez con más fuerza, tan solo fueron un par de segundos y unas enormes fauces se abrían buscando a su presa. Ignis esquivó a aquella enorme serpiente, sin duda debía tratarse de la guardiana de la bruja, una artimaña maligna creada con el fin de no dejar a nadie acceder a sus dominios.

La calma volvió al pantano y la criatura miró de un lado a otro con sus ojos del tamaño de dos enormes melones y sus afilados colmillos que equivalían a la mitad del cuerpo de un hombre. Nada alrededor parecía inmutarse de su presencia. El filo de una espada asomó del agua a espaldas de la serpiente y sin tiempo de reacción Ignis saltó sobre el lomo del reptil clavando el metal y aferrándose a él con fuerza. Las sacudidas comenzaron y sus fosas nasales se inundaron una y otra vez de aquellas turbulentas aguas donde la criatura cada vez circulaba y se movía de manera más violenta. De pronto frenó en seco y el valeroso guerrero salió volando por el aire consiguiendo frenarse al agarrarse a un grueso tronco de un árbol. La serpiente lo miró desafiante, sus ojos color esmeralda se tornaron en rojo fuego y sus fauces volvieron en su busca esperando mayor fortuna.

Los brazos de Ignis detuvieron a tiempo uno de los enormes colmillos que impidió a la criatura cerrar eficazmente su mandíbula. Ese instante fue suficiente para zafarse de la criatura y recuperar la espada de su lomo. El aire ser cortó a la velocidad que la espada cercenó uno de los ojos de la criatura que sacudiéndose arrojó al guerrero al agua. La víbora gritaba de dolor y su furia crecía por momentos. Ignis se levantó y permaneció firme ante la criatura, blandiendo la espada con fuerza a la espera de que atacase.

La enorme serpiente se lanzó envuelta por la locura contra su presa, la cual aprovechando la poca visibilidad de la criatura se situó en el lado izquierdo y cuando pasó a su lado asestó un fuerte golpe tras la cabeza de la serpiente tiñendo las aguas de rojo. El reptil se retorcía de dolor mientras que Ignis uso esos momentos de debilidad para seguir asentando golpes hasta que finalmente cortó la cabeza de aquella bestia ahogando sus gritos para siempre.