jueves, 12 de marzo de 2009

LA CABAÑA ABSTRACTA

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Era una tarde fría y oscura de otoño, cuando Jack cogió el coche. Éste se dirigía a una casa en medio de las montañas para pintar una nueva obra. En la inmobiliaria, le habían dicho que esa casa había sido usada por otros pintores que se especializaron tras llegar a ella en la pintura de cuadros abstractos, ninguno de ellos llegó a la fama, pero él pensaba que lo conseguiría pintando en esa casa.

Jack miró por el retrovisor, su cabello rubio se encontraba revuelto por el aire que entraba por la ventanilla, y sus ojos verdes estaban llorosos por la fuerza del viento al entrar por ésta. Cerró la ventanilla y conforme se acercaba a la casa y se empezaba a adentrar en las montañas comenzó a llover. Tardó dos horas en encontrar la casa debido a la lluvia, pero al fin lo consiguió.

La casa era no muy grande, poseía unos pequeños escalones de madera y una fachada grisáceo envejecida por el paso del tiempo, las ventanas de ésta eran opacas debido a la gran cantidad de polvo acumulado en ellas dentro de la casa. Poseía un aspecto lúgubre y tenebroso, Jack pensó que era debido a la lluvia, pero al pisar el primer escalón de la entrada, la madera crujió levemente y su cuerpo se estremeció sintiendo un escalofrío que recorrió su espalda.

Al entrar en la casa, ésta se encontraba oscura y tenía un aspecto rústico, todas las paredes se encontraban decoradas con cuadros de pintura abstracta. Vio uno que le llamó la atención era como si se hubiese intentado retratar a una mujer y el cuadro se hubiese distorsionado. Todos los cuadros eran parecidos, tan solo ese se le diferenciaba por la figura de la mujer a la cual no se la distinguía mucho, pero puedo ver como se encontraban todos ellos pintados en el mismo sitio, lo más seguro debía haber un lugar en la casa para pintar donde se habían creado esas obras tan horrorosas.

Jack pasó al salón, se encontraba sucio, lleno de polvo por todas partes, éste no era muy amplio, poseía una vieja chimenea, una biblioteca y dos sillas a los extremos de una mesa. Este lugar no poseía ningún cuadro en sus paredes al contrario que el resto de la casa. Vio un viejo álbum de fotos encima de la mesa, se apresuró a quitarle el polvo y lo abrió con cuidado, en su interior se encontraban fotos de una pareja y dos niños, la mujer se parecía mucho a la del cuadro. Según fue avanzando vio una foto de un viaje a Egipto, en ella el marido sujetaba orgulloso enseñándolo a cámara un caballete de pintura fabricado artesanalmente y un pincel muy fino parecido a los que solía utilizar los antiguos egipcios en la escritura de pergaminos. Cuando llegó a la mitad del álbum las fotos comenzaron a encontrarse borrosas hasta llegar a tal punto en el que parecían uno de aquellos cuadros.

Tras abandonar el salón Jack se dirigió subiendo por las escaleras a lo que parecía ser el estudio donde se pintaban los cuadros, éste era pequeño y en el se suelo se encontraban cuadros rotos, a diferencia de los que ya había visto, éstos eran de paisajes los cuales se podían observar desde distintas ventanas del estudio.

Jack decidió pasar la noche en el estudio, a mitad de ésta se despertó al oír gemidos y susurros procedentes del piso de abajo. Jack se levantó y fue a ver que ocurría con una pequeña vela. Tras bajar las escaleras vio que una luz de otra vela se deslizaba doblando una esquina en el pasillo y entraba en el salón. Tras seguir la luz y entrar en el salón oyó que los murmullos salían de la chimenea, y pronto descubrió que en el interior de ésta había una pequeña grieta por la que poder bajar a otro lugar bajo la casa.

Jack temeroso bajo por la escalera e iluminó la zona con su vela, pronto descubrió aterrado una pequeña fosa con tres montículos de tierra con una cruz clavada en cada uno de ellos. Poco a poco se fue acercando para ver que nombres aparecían grabados sobre las cruces, y vio como ponía en la primera cruz `` Sara ´´ en la segunda `` El pequeño Mike ´´ y en la tercera `` Mi hijita Laura ´´ Aterrado Jack comenzó a caminar hacia atrás sin poder apartar la vista de las tumbas de aquella familia, pronto sintió una respiración a su espalda. Al volverse vio tras de él a la mujer y los niños de las fotos flotando en el aire con sus cuerpos deformados y llorando, pero no eran lágrimas lo que lloraban, era sangre. La mujer puso la mano en el hombro de Jack y sintió como el cuerpo entero le empezaba a arder, en su interior sentía un frío gélido que le helaba el corazón, pero por fuera era como si se estuviese abrasando en el mismísimo infierno.

Jack despertó empapado en sudor en el desván, había sido una pesadilla, pero la verdad es que ésta había sido demasiado real. Jack decidió olvidarlo y acabar cuanto antes su trabajo, pronto se dirigió a quitar la sabana que cubría el caballete, y cuando él vio el caballete un escalofrío le recorrió la espalda, porque aquel era el que aparecía en aquellas fotos, y en sus bordes poseía una especie de escrituras antiguas, pero no eran jeroglíficos, aquellas escrituras parecía más antiguas aún.

Al poco de comenzar a dibujar oyó un ruido en algún lugar del estudio, escuchó atentamente y pronto dejó de oírlo por lo que prosiguió pintando el paisaje. Al rato oyó el ruido todavía más fuerte, éste parecía proceder de una de las paredes del estudio. Jack se levantó y se dirigió la pared de la cual procedía el ruido, de inmediato el ruido cesó. En la pared parecía haber una pequeña mancha, como si alguien lo hubiese pintando después. Jack golpeó y observó que sonaba hueco, entonces cogió un pequeño mazo de esculpir que en encontraba en el estudio y rompió esa parte de la pared abriendo un pequeño hueco en el cual se encontraba un libro. Jack lo cogió y comenzó a leer:

Mi diario, por Sara Smith

Día 1: He decidido escribir este diario como si se tratase de un diario de abordo, ya que a los niños les entusiasma la idea. El primer día en esta casa parece un sueño, es tan hermosa... Paul a instalado el material de pintura que hemos traído de Egipto en el desván, dice que allí establecerá su estudio y que pintará nuevos cuadros para venderlos al museo.

Día 5: Los cuadros de mi marido son fabulosos, y los paisajes que se observan desde aquí también, ojalá la tormenta que se aproxima aguante más y así no interrumpa el retrato que piensa hacerme Paul.

Día 10: Paul comienza a asustarme, desde que hubo la tormenta, no quiso retratarme más y se oyen fuertes ruidos en el estudio.

Día 20: Después de tantos día Paul a salido del estudio con varios cuadros y se ha marchado dejándonos solos a mí y a los niños. He decidido con mis estudios sobre antiguas culturas egipcias descifrar las escrituras del caballete antes de que vuelva, algo me dice que tiene algo que ver con mi marido.

Día 22: Tras duro trabajo he conseguido descifrar las escrituras. Parecen ser de una época anterior a los egipcios, una época oscura que cierne una maldición sobre éste caballete, éste dice: `` Este instrumento dotara a su poseedor de la visión del mundo según ésta época de oscuridad, maldito sea él y quien le acompañe por la eternidad ´´

Mi marido ha llegado, ha visto la luz del estudio y sube las escaleras furioso, esconderé el diario, y que Dios se apiade del que lo encuentre.

Jack acabó de leer aterrado y miró el caballete con frialdad. De inmediato oyó un ruido en la cocina. Éste bajó las escaleras y conforme las bajaba el ruido se comenzó a convertir en gritos. Atravesó el pasillo a gran velocidad y los cuadros de las paredes comenzaron a formar hondas en la pintura.

Al entrar en la cocina los gritos cesaron, pero el corazón de Jack siguió latiendo a una velocidad de escándalo, de repente los grifos de la cocina se abrieron, saliendo sangre de ellos.

Jack salió de la cocina, las paredes comenzaron a sangrar por detrás de los cuadros mientras éste corría hacia la puerta para escapar de aquella casa. Pero al intentar girar el picaporte éste se deshizo en sus manos, en ese momento la puerta y toda la casa se deformo dando una imagen distorsionada en la mente de Jack. Éste pronto comenzó a perder la cabeza, esa locura le deformaba las imágenes formando así en su mente un cuadro abstracto de la realidad. Jack comenzó a gritar y a tirarse del pelo, pero pronto esos gritos se calmaron y se transformaron en una carcajada, y según subía la escalera se fue riendo debido a su trastornada mente que lo había vuelto loco.

Al llegar al estudio destrozó lo poco que había pintado del cuadro, y volvió a pintarlo, pero ésta vez no era lo mismo, ya que dibujaba el paisaje con su vista cegada por la locura.

A los tres meses Jack salió de la casa, y llevaba consigo veinte cuadros abstractos pintados por él, y desde entonces nadie sabe que fue de él, unos dicen que se suicidó a causa de su locura, pero la mayoría dice que sigue en aquella casa pintando cuadros cegado por la locura de un mundo abstracto.

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1 comentario:

Lara Karou Duchannes dijo...

¡Escalofriante!
Deberías dedicarte a los relatos de terror.