LA LEYENDA DEL LAGO

Hace muchos años, en un país muy lejano, había un pequeño pueblo a las orillas de un lago tan transparente que el propio sol parecía bañarse en él. Una noche, a las orillas de aquel lago, una joven lloraba, mientras sus lágrimas se incorporaban a aquella masa de agua. La joven había discutido con el guerrero más fuerte de aquel pueblo, el cual era su pretendiente y sus padres, jefes de la aldea, no hacían más que discutir con ella.

En ese momento, la joven, divisó algo a lo lejos; flotando en aquel lago que se teñía de rojo. Un guerreo flotaba en el agua y pronto se hundió. La joven, sin pensarselo, saltó al agua en busca de aquel guerrero. Lo consiguió sacar del agua, pese a su gran peso, y por suerte el guerrero aún vivía, aunque se encontraba herido de gravedad. La joven fue rápida t llevó a aquel hombre a la parte donde se encontraban los vendajes y medicinas. La noche due larga... pero finalmente la joven curó a aquel guerrero, el cual despertó.

-¿Cómo te llamas?

-Da igual nuestros nombres- contestó la joven- descansa ahora, es lo que necesitas y nadie sabrá que estás aquí.

La joven decidió mantener a aquel hombre en secreto, ya que era guerrero de otro ejercito y sus padres le expulsarían sin dudarlo y en ese estado moriría Los días fueron pasando y la joven fue visitando y llevando comida al guerreo mientras se recuperaba. Los ratos con aquel estraño la hacían sentirse distinta tras años en ese pueblo, las cosas tenían otro color, pero la felicidad no podía ser eterna. Un día su hermano mayor vió al guerrero y de inmediato avisó a sus padres y a los guerreros, pero la joven fue más rápida y consiguió que aquel guerrero escapase.

-¿No te veré jamás?- preguntó guerrero.

-Mi familia y el pueblo jamás entenderán esto-contestó la joven- y mi boda es en unas semanas, debes marchar antes de que te encuentren.

El guerrero tomó el camino por el bosque y la joven regresaba al pueblo, pero fue entonces cuando los dos, al notarse lejos, derramaron juntos una lágrima, dándose cuenta de que se amaban.

La joven comenzó a vivir días de tormento; sus padres aumentaron las discusiones tras enterarse de lo sucedido, mientras que el miedo no la dejaba sin saber cómo reaccionar ante la inminente boda. Pasaron las semanas y la boda se acercaba... y ese día llegó, haciéndose eco, en todos los alrededores, de que se celebraría sobre el lago.

El guerrero oyó las noticias; no podía permitir que la persona a la que más amó en su vida se esfumase tan rápido, así que partió lo más rápido posible hacia la aldea de la joven sin importarle tener que enfrentarse al ejercito entero del pueblo, con tal de conseguir estar con ella. La boda comenzó, una pasarela llegaba hasta el altar, en el centro de aquel lago. El sol comenzó a ponerse, dejando sus sangrantes hilos del atardecer caer sobre las cristalinas aguas. Y por fín, allí se estaba el guerrero a unos metros de la mujer que amaba. Se abrió paso a través de la multitud y gritó:

- ¡ Te quiero, te amo y nada me importa, me da igual quien no le guste la idea de te quiero con toda mi alma y deseo estar contigo!
Los jefes del poblado se volvieron y vieron a un guerrero de otro pueblo, en sus dominios, reclamando el corazón de su hija.

-Tú no eres digno de estar con nuestra hija, y jamás lo serás, no perteneces a este pueblo y , ahora, pagarás cara tu insolencia.

Los guardias avanzaron hacia él con las lanzas en alto y de pronto sucedió algo inesperado. De entre la inmensa arboleda, un gran ejercito cargó contra el poblado, el mismo ejercito al que pertenecía.

Los guardias avanzaron hacia él con las lanzas en alto y de pronto sucedió algo inesperado. De entre la inmensa arboleda, un gran ejercito cargó contra el poblado, el mismo ejercito al que pertenecía.
-¿Pensabas tomar el pueblo tu solo? Podías haber avisado, casi te matan- decían los soldados.

-¡No! ¡No lo entendeis! ¡Esperad!

Pero ya era tarde, la batalla había comenzado y el ejercito de aquella aldea iba cayendo poco a poco. Los jefes corrienron junto a su hija y su prometido al centro del lago, pero pronto nungun soldado de la aldea quedó en pie y los cientos de guerreros empezaron a caminar por la pasarela... de pronto uno de ellos se interpuso en el camino, alzó su espada hacia ellos y habló:

-La vida es injusta, amas a alguien y el destino no te permite estar con esa persona; pero mi amor es fuerte, tan fuerte que puede con el destino y me da igual si ellos no me aceptan, me da igual si vosotros tampoco lo aceptais; pero se que mi corazón lo acepta, y la quiero y es lo unico que me importa. Nunca he amado tanto a alguien como para rendirme ahora, así que si quereis llegar hasta allí tendreis que luchar conmigo.

El silencio recorrió aquel lugar, tras el asombro de los padres de la joven y la perplejidad del ejercito, que jamás habían esperado eso del joven guerrero. Cien hombre contra uno. Aquel guerrero había perdido la cabeza, pero no les quedaba otra solución si querían llegar al otro lado del lago. Uno a uno los guerreros fueron cayendo, pero el joven guerrero era herido en cada combate. Caia al suelo una y otra vez hasta que finalmente acabó con el ultimo de los soldados, y, lleno de heridas y sangre, el guerrero se volvió, miró a la joven y sonrió; la joven le devolvió la sonrisa, ya que nunca la había echo sentirse tan especial, pero en ese momento el guerrero vió como todo se nublaba y cayó al agua. La joven volvió a hacer lo mismo que aquel día que todo empezó. Se lanzó al agua en su busca, pero esta vez sabía q no podía salvarle, por eso, se abrazó a él con fuerza y pensó:

-Te quiero, ya da igual lo que me pase, a tu lado me da igual todo, solo quiero estar contigo aquí... para siempre.

Y poco a poco, abrazada a él, se fueron hundiendo los dos en aquel lago, hasta que ninguno pudo respirar. Desde aquel dían, en aquel lago, surgió algo nunca visto hasta entonces. Rosas rojas florecían bajo el agua de aquel lago mágico, cada año una nueva flor fllorecía y dicen las leyendas que es el propio lago quien las hace florecer, felicitando el aniversario de esos dos jovenes que consiguieron estar juntos para siempre en su otra vida.