lunes, 8 de junio de 2009

NOCHE DE BOXEO

boxeo

El público se agolpa en los aledaños del ring y mientras esperan los guerreros en sus respectivos vestuarios. Sus miradas relajadas ocultan su espíritu de lucha que desea salir fuera para demostrar su fuerza. Pronto llega el momento y los dos caminan rumbo al escenario del drama. Los flashes se suceden junto al griterío en un largo pasillo que lleva a las escaleras. Depositan sus botas sobre polvos de talco y tras rogar por su suerte suspiran y suben los escalones para deslizarse entre las cuerdas.

El presentador anuncia al campeón y al aspirante, el árbitro loas llama y tras los puros trámites los combatientes chocan sus puños y se miran intentando atemorizar al contrario. Cada uno espera en su rincón, ansiosos por la victoria, cautelosos por la derrota.

La campana suena y el ring se convierte en una pista de baile, los dos marcan sus pasos de manera elegante buscando una táctica para empezar a golpear. Comienza el tanteo, suaves golpes que impactan contra los guantes que protegen a ambos rivales. Pronto uno de ellos ve un hueco por donde golpear y balancea su cuerpo asentando así un fuerte golpe en el costado del aspirante. El aspirante siente dolor y su rival aprovecha esos instantes para seguir golpeando hasta finalmente quedar al descubierto el rostro donde con un fuerte gancho impacta contra este haciéndole caer sobre la lona.

La cuenta atrás a comenzado, el joven boxeador apoya los puños en el suelo. Todo da vueltas y al mirar a su rival ve un cuadro de Dalí. Pero sin embargo el no puede perder, ha sacrificado mucho para llegar allí y esas fuerzas hacen que se ponga de pie y ante el clamor del público el espectáculo continúe.

Los asaltos se suceden, ambos tienen un espíritu de lucha digno de elogio. Caen y se levantan para seguir, no sienten dolor, solo sus ganas de victoria. Los golpes se suceden y pronto llega el definitivo. El impacto suena en todo el recinto y el protector bucal vuela por el aire, un haz de luz llena el lugar siguiendo así los flashes la caída del campeón sobre la lona.

El duelo a concluido, hoy un nuevo boxeador entra en la historia, un nuevo campeón recorrerá el mundo. Sus puños se alzan al cielo, la gente aplaude y la prensa invade el lugar. Un sueño se hace realidad y una vez más queda demostrado: “Si sueñas algo solo tienes que luchar por conseguirlo, y por mucho que caigas nunca rendirte porque algún día se hará realidad”

1 comentario:

Carlos de la Parra dijo...

La historia del box tiene algunos contenidos que en dado momento pueden llegar a darse en un ring.
Pero le falta vestidura para remontar a ser algo más que una de tantas peleas de box.
El mensaje final de persigue tus sueños,quizás sea el más repetitivo
que se viene escuchando desde hace dos decadas en todos los medios.
Crear un cuento,siento que debe rebasar la obviedad y contener un giro que rebase el mero recuento de los hechos,pues ésto más bien caería en el reportaje.
Algunas muestras de cuentos están en http://www.themicrostories.blogspot.com