viernes, 30 de julio de 2010

Soledad

Soledad, espera eterna que no parece tener final, suspiros y lamentos que no saben cuando acabarán. Y mientras aguardo solitario, en busca de un sueño que parecía nunca llegaría y que las frias manos del destino no dudo en arrebatarme. Sueño real, truncado en pesadilla, final inesperado que no encuentra su solución, y mientras tanto, mientras todo eso ocurre, una pequeña llama en lo más profundo del corazón se resiste a apagarse y morir, y la esperanza, no perdida todavía, se hace fuerte en lo mas hondo del alma. Luchar y resistir, pues cada día, cada segundo, los recuerdos agolpan mi cabeza, recuerdos de momentos en los que fui más feliz que en toda mi vida. Y también recuerdos de los errores cometidos, errores que me aventuro a seguir luchando por acabar con ellos y por aprender de ellos, pues ya supere a tu lado obstaculos que jamas pense que fuese capaz de superar, y pienso seguir luchando hasta que me quede sin aliento. Pero mientras tanto, esta soledad me invade, me confina en esta prisión de paredes frias, donde cada noche suspiro por un abrazo y saber que aun estas aqui, que aun no ha muerto ese sentimiento en tu corazón. Cuento los segundos que me quedan para poder volver a mirarte a los ojos, poder oirte reir y acariciar la punta de tu nariz suavemente con mi dedo, como siempre hacia, en aquellos días, en los que esta soledad no existía.

miércoles, 28 de julio de 2010

Lluvia de verano

Hoy la lluvia vuelve a caer con fuerza, el suelo se encharca y los truenos resuenan en lo alto del firmamento. Una tras otra las gotas comienzan a crear un murmullo que solapa el ruido de los coches. La ventana de mi habitación parece a punto de quebrarse en mil pedazos, y yo mientras me refugio en mi casa, bajo las sabanas y atrincherado con mi almohada. Las lágrimas caen por mi rostro acompañando a las gotas que resvalan por el frio cristal. Los recuerdos se agolpan una y otra vez en mi memoria, como frias dagas que perforan una y otra vez cada rincón de mi corazón. Pero no puedo olvidar, ni tampoco dejar de luchar, pues es mi propio corazón el que me hace continuar. Y lo haré, cambiaré las cosas que un día me hicieron errar en el camino, demostraré que soy capaz de lo imposible y de ir al fin de mundo por ella. Mientras tanto, me refugiaré en esta oscura habitación a la espera de que la lluvia amaine, pues cuando deje de llover y salga el sol, el arcoiris iluminará el camino a seguir y por siempre y para siempre luchare por lo que quiero, porque la quiero.

[Contra viento y marea] (Da igual lo que pase, siempre será así)

[11.01.09] La magia existe, y nunca se olvida.

viernes, 9 de julio de 2010

Los sueños del corazón

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A veces sin ti me cuesta respirar, necesito tu aliento, necesito tu amor, sin tu todo pierde sentido y solo siento dolor. El aire que respiro se convierte en suspiros, suspiros de una vida ahogada en la más delgada soledad. Las lagrimas dejan de caer por el rostro, las mejillas se secan al sol, pero nada cambia, el corazón sigue latiendo solo, despacio, aguardando y envuelto en un gran manto de esperanza. Anhelo, vacio, momentos que llegaron y que parecen cada vez más lejos. Recuerdos de sueños que una vez se cumplieron y que desean no truncarse en sueños rotos, porque los sueños rotos quitan las ganas de luchar y de vivir, porque los sueños nos mantienen con vida. Por eso me refugio en la esperanza, una esperanza que cada vez parece menos clara pero sin la cual mi alma caería a un vacio donde se perdería sin remedio alguno. Sueño con el día en que todo vuelva a ser igual, sueño con abrazarte, con hacerte sonreír, sueño con que un día los dos volvamos a hacernos felices juntos. Y cada día me aferro más a ese sueño, lo agarro como quien agarra un salvavidas en el medio del mar, un mar en el que ya no veo tierra y floto a la deriva siguiendo los latidos de mi corazón. Un corazón que late por ti, un corazón que dibuja finas líneas en mi mente repitiéndome una vez más que te quiero, pues no basta con quererse y por eso nos amamos, cada día que pasa sin ti es una muestra de ello, pues aunque no te tenga, aunque la distancia cada vez sea más grande, mi corazón sigue latiendo como el primer día a la espera de que todo se arregle. Cuento los segundos sin ti y ya me parecen una vida, te esperare hasta el fin de mis días.

Te quiero y siempre te querré ángel caidillo.

[Contra viento y marea]

martes, 6 de julio de 2010

La leyenda del oso y el ángel

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Cuentan las leyendas que hace justo dos años un oso vagaba triste y solo por el bosque encantado de Odab y fue allí donde un ángel de alas negras se le apareció en la copa de uno de los árboles del frondoso bosque. Ante su asombro el oso intento conocer a esa extraña criatura que había aparecido ante él. Los meses pasaron y el oso cada vez acudía al mismo punto con más frecuencia buscando refugio en aquel ángel que hacía su vida cada vez más feliz. Poco a poco un lazo de amor surgió entre las dos criaturas tan diferentes pero que a la vez se complementaban. Un día un incendio se propagó por todo el bosque arrasando varios árboles a su paso y llenando todo de humo. El humo y el fuego impidieron que el oso pudiese llegar hasta el árbol donde su amor le aguardaba día tras día. Los días pasaban y el oso pensaba en rendirse por momentos, la soledad era muy fuerte, pero no podía olvidar el amor que sentía por aquella criatura, un amor tan grande que aunque el humo le impidiese ver sentía que al otro lado seguía quedando otra llama sin apagar que no era la del fuego. Dicen que el oso sigue esperando a que un día humo se disperse y que nunca se rendirá pues sus sentimientos pueden con todo lo que se ponga por el medio.

<<Contra viento y marea>>